Lo primero que debéis hacer es detectar la necesidad de vuestro propósito, es decir, qué es lo que esperáis mejorar realmente y por qué queréis mejorarlo. Tener en cuenta la importancia que tiene, será determinante para saber cuánto estáis dispuestos a hacer por su consecución.
Además, tenéis que proponeros objetivos muy concretos y que se puedan medir, como si alguien tuviera que revisar vuestros propósitos como si tratase de un examen. Por ejemplo, en vez de escribir como propósito “No gastar mucho dinero en ocio”, definidlo cómo “Gastar menos de tanto dinero al mes en ocio”. Como veréis, además, hemos reconvertido el propósito quitando el “no”, otro consejo que también os recomendamos: mejor siempre en positivo.
Para no generar frustración, es mejor que los objetivos que os marquéis sean realistas. Uno de los propósitos con los que se suele ser más ambicioso es con el de la pérdida de peso, y el no conseguir unos resultados que no son alcanzables puede hacer que abandonéis. En este caso, más que la báscula os aconsejamos que vuestro propósito sea comer de forma más saludable y hacer algo de ejercicio.
Si os proponéis un objetivo que no tiene una resolución a corto plazo, es mejor que os vayáis marcando pequeñas metas. Por ejemplo, si queréis cambiar de trabajo; primero os podéis marcar ampliar vuestra formación, hacer networking, etc.
Psicología en Onda (Castellón)
Y, por supuesto, ¡felicitate cada vez que consigas uno de tus objetivos! Date un capricho, sal a hacer una actividad especial… Es importante que notes el sabor de la recompensa. Si necesitas más información, puedes pedir cita online con nuestra psicóloga a través de nuestra página web o solicitar más información a través del número de teléfono 964 77 23 74. Además, también puedes hacernos llegar tus consultas a través de nuestras redes sociales.