Muchos padres se preguntan a partir de qué edad se puede manifestar el autismo y si ciertos comportamientos que ven en sus hijos pequeños podrían ser uno de los signos que le avise de ello. Efectivamente, durante los doce primeros meses ya se pueden observar algunas actitudes y falta de reacción ante ciertos estímulos que podrían estar diciéndonos que estamos frente a un caso de TEA.
La ausencia o la poca presencia de balbuceos, la falta de implicación en los juegos interactivos, que no reconozca su nombre o que no gesticule podrían ser síntomas del TEA. Una de las señales más comunes que los niños con TEA presentan es la de no seguirle la mirada al adulto cuando están interaccionando con ello. No responder de forma consciente a preguntas simples o no extender los brazos cuando es tomado en brazos.
Si detectas cualquiera de estos síntomas, es importante que acudas a consulta para poder empezar una valoración y vigilar su evolución.
Uno de los síntomas más evidentes es el desarrollo deficiente del uso del lenguaje y el déficit en la comunicación no verbal. Aunque depende de cada niño, la gran mayoría presenta estas similitudes: dificultades en la comunicación verbal (vocabulario inusual, entonaciión rara), problemas en la reciprocidad social (falta de contacto visual, problemas para relacionarse con otros niños y entender las normas sociales) y patrones repetitivos de conductas.
Llevar un tratamiento médico idóneo y vigilar la evolución del paciente en estos casos es esencial para ayudar al desarrollo del menor. Un tratamiento multidisciplinar puede ser la clave para la mejor adaptación posible.
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