Como dolor de espalda, entendemos la alarma que se genera desde la médula espinal hasta el cerebro, como respuesta a la alta presión. Nuestro especialista en fisioterapia de Castellón nos indica qué factores influyen en que el paciente sufra lumbalgia, y cómo podemos aliviar las molestias hasta el punto de hacerlas desaparecer.
1. Tipos de dolor de espalda según su origen
Para empezar, debemos diferenciar entre los diferentes tipos de dolor de espalda, que dependen esencialmente de la zona en la que nacen y hacia la que se dirigen. Ser consciente de cuál es la zona afectada, ayudará a saber cómo debe actuarse.
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Cervicalgia:
Como su nombre indica, hablamos del dolor que nace de las cervicales. Habitualmente, las causas son posturales y suelen aliviarse con ejercicios y con tratamiento especialista como masajes intensos.
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Dorsalgia:
Menos habitual, el dolor dorsal es uno de los más complicados de tratar, debido a que existen multitud de posibles causas que lo provocan. La dolencia más común es la causada por la extrema rigidez de las articulaciones, que impiden el movimiento del paciente, y por causas degenerativas. Deportes suaves y trabajos de flexibilidad ayudaran a suavizar la rigidez y, por tanto, atenuar el dolor.
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Lumbalgia:
El dolor por el que más gente acude al fisioterapeuta es para tratar el dolor de lumbares. Muy frecuente en personas de avanzada edad, es también muy común en jóvenes de vida sedentaria o que pasan muchas horas sentados en una postura no adecuada. La combinación de ejercicios de musculatura y reposos en crisis agudas, ayudaran a aliviar la dolencia.
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Grados de dolor de espalda:
La intensidad de la molestia y la frecuencia con que esta aparece, también influye en el origen de la posible enfermedad a la que nos enfrentamos. Analizar estos factores y trasladárselos al especialista será esencial para obtener un diagnóstico concreto y mejores resultados en el tratamiento.
- Dolor agudo: Punzadas y brotes intensos de dolor que suelen estar causados por traumatismos, malas posturas o irregularidades puntuales claramente identificadas por el paciente. Este tipo de molestia desaparece, por regla general, a las 6 u 8 semanas. Es conveniente hacer reposo para rebajar la gravedad de la lesión.
- Dolor crónico: Conocido también como dolor radicular, hablamos de dolencia crónica cuando aparentemente no existe ninguna causa puntual que lo provoque. El grado de dolor aquí es más tenue y soportable, y no desaparece por sí solo, sino que se necesita tratamiento. Se le llama dolor crónico porque empieza manifestándose gradualmente y puede no desaparecer nunca si no se le pone remedio.
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Causas del dolor de espalda
Existen una serie de condiciones o comportamientos que provocan dolor de espalda en la mayoría de pacientes:
- Enfermedades genéticas o degenerativas: Hernias discales, espasmos musculares o rotura de vértebras. Este tipo de dolencias precisan de asistencia médica especialista, tratamiento continuado y, en la mayoría de casos, medicación.
- Malas posturas: Permanecer un largo periodo de tiempo al día sentado de forma incorrecta, o dormir sin prestar atención a la posición natural de la espalda, puede acarrear fuertes dolores de espalda que acaban convirtiéndose en dolor crónico.
- Sedentarismo: No fortalecer los músculos de la espalda y la falta de ejercicio, provocan rigidez en la columna y los músculos de la espalda.
- Sobrepeso: Cuanto más peso deba soportar la espalda en la vida diaria, más daño sufrirán sus músculos y vertebras. Esta causa está directamente proporcionada con el sedentarismo, debido a que el ejercicio físico contribuye a combatir el sobrepeso.
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Remedios para el dolor de espalda
- Corregir la postura: Sentarse en sillas adecuadas y mantener la espalda recta, ayudará a aliviar el dolor de espalda. Levantarse y pasear cada 60min también aliviará la presión de los músculos. Al dormir, es conveniente hacerlo de lado o boca arriba, intentando evitar a toda costa dormir boca abajo, ya que en esta posición la cabeza debe permanecer contorneada para facilitar la respiración y esto daña las cervicales.
- Colchón de calidad: Junto con la postura, es muy importante prestar atención al colchón con el que se duerme. Es aconsejable que esta pieza sea ergonómica, de dureza media y adaptable al cuerpo.
- Hacer deporte: Fortalecer la musculatura y aportar movimiento contribuye a aliviar las tensiones y tener un mayor dominio sobre el resto del cuerpo. La natación, por ejemplo, es el deporte más aconsejado debido a que se trabajan todos los músculos sin alto impacto, por la nula gravedad que aporta el agua.
- Acudir periódicamente al especialista: Se sufra o no dolor de espalda, visitar al fisioterapeuta gradualmente ayudará a que se detecten más fácilmente posibles lesiones y que los malos hábitos no lleguen nunca a convertirse en dolores crónicos.
En definitiva, existen multitud de pautas a seguir para evitar el sufrido dolor de espalda, y entre ellas siempre cabrá destacar el tratamiento especialista que mantendrá en correcto funcionamiento a una de las partes del cuerpo que más tiende a dañarse.