A diferencia del efecto placebo, con el que el paciente siente una mejoría a través de un tratamiento que nada tiene que ver con la enfermedad que padece, el efecto nocebo es todo lo contrario: provoca efectos adversos por el hecho de haberlos anticipado. Curiosamente, así como el efecto placebo suele ser mayor cuando se cree que el tratamiento es caro y de renombre (asociado a alguna empresa o marca), en el efecto nocebo la impresión de que el tratamiento es costoso también aumenta las posibilidades de que el daño aparezca.
El efecto nocebo es el resultado de una interacción entre diversos factores: características del paciente, el contexto psicosocial y aspectos neurobiológicos, pero también debe tener en cuenta la relación con los profesionales sanitarios y con la forma en la que estos ofrecen la información y cómo la recibe el paciente.
¿Qué factores pueden influir para que una persona sufra el efecto nocebo?
- Una personalidad pesimista.
- La patología ansioso-depresiva.
- Creencias culturales.
- Relación médico-paciente.
- La comunicación verbal y no verbal.
Conocer este efecto nos es útil a la hora de realizar las consultas médicas porque la relación médico-paciente y la comunicación de la información sobre los posibles efectos adversos de los medicamentos y los tratamientos son un factor importante y, sobre todo, modificable; lo que nos puede ayudar a evitar este efecto en nuestros pacientes.
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