Todas las noches, “desconectamos” nuestra mente y nuestro cuerpo durante unas horas para sentirnos a la mañana siguiente con las pilas a tope de energía. Generalmente, las personas no son capaces de detectar todos y cada uno de los beneficios que tiene dormir plácidamente. Sin embargo, sí notan las consecuencias de no hacerlo. ¿Cómo podemos conseguir un sueño de calidad? ¿Cómo influye nuestro entorno a la hora de dormir?
Cuando no dormimos lo suficiente o el descanso no es de calidad, nos damos cuenta de que nuestra mente no funciona como debería: nos cuesta más concentrarnos, nuestro proceso de asimilación es más lento, nuestro cuerpo se siente más cansado y fatigado… Precisamente por eso se entiende que el sueño y, especialmente, dormir bien es un factor fundamental para nuestra salud.
El contexto que nos rodea determina la calidad de nuestro descanso. ¿Lo sabías? Pues así es; la habitación, nuestras rutinas y el ambiente contribuirán a la duración y a la estructura de nuestro sueño por las noches. Estos son algunos de los factores que nos influyen a la hora de dormir:
Dormir con la luz encendida o en habitaciones que tienen un exceso de contaminación lumínica provoca que el descanso no sea profundo y reparador, sino más bien superficial y de poca calidad. Asimismo, estar expuestos a mucha luz antes de irnos a dormir, también podría ser perjudicial. Se ha detectado que pasar tiempo con los aparatos electrónicos justo antes de irse a dormir retrasa la secreción de melatonina y del inicio del sueño, disminuye la vigilancia al día siguiente y aumenta la sensación de alerta.
Quizás este es uno de los factores más fáciles de detectar para las personas. Y es que, efectivamente, el ruido no nos permite descansar profundamente y causa insomnio. Si nos vamos a dormir en un entorno ruidoso, seguramente al día siguiente nos sintamos más cansados, de peor humor y descienda nuestro tiempo de reacción.
Las temperaturas extremas, mucho frío o mucho calor, no nos permiten dormir bien y perturban el sueño. Se estima que la temperatura óptima para conciliar el sueño está entre los 18-21º.
Quizás no habías pensado que este era un factor tan fundamental, pero sí lo es. Tienes que elegir un colchón y una almohada que favorezcan la calidad de tu descanso. Y no solo eso, cuánto más ordenada y limpia esté la habitación en la que duermes, más óptimo será el sueño.
¿Un último consejo? Para favorecer el sueño, es necesario asociar únicamente nuestra habitación al descanso y, para ello, no tener objetos cerca que nos distraigan del sueño como televisiones o tablets.
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