Hasta que todos los dientes de leche se hayan caído y hayan salido las piezas dentales definitivas, no tiene sentido que se empiece a utilizar ortodoncia. Por lo general, la época preadolescente (a partir de los 12-13 años) es la más indicada para el uso de brackets. Sobre esta edad, la flexibilidad del tejido óseo para corregir la mandíbula es más óptima para que el proceso sea más rápido y efectivo.
En la edad adulta también se puede llevar ortodoncia y, en la mayoría de ocasiones, conseguir los mismos resultados que cuando se es más joven. Sin embargo, cabe destacar que es posible que, de adultos, este tratamiento sea un poco más doloroso, pues los dientes llevan más tiempo sin moverse que en la infancia y su alineación es más molesta.
Por otra parte, los adultos pueden estar más preocupados que los adolescentes sobre su aspecto físico. Por suerte, existen algunas ortodoncias como invisalign que prácticamente no se aprecian, aunque eso sí, resultan un poco más costosas que los brackets metálicos.
En cualquier caso, es un profesional el que tiene que determinar a partir de qué edad el paciente deberá utilizar una ortodoncia y cuál es la más adecuada para asegurar su salud bucodental.
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