La motricidad incluye, a su vez, un componente psicológico, que explica el porqué de los movimientos. Algunos aspectos de la psicomotricidad son:
- Desarrollo motor grueso. Ej: sentarse sin caerse.
- Desarrollo motor fino. Ej: coger un objeto pequeño.
- Desarrollo sensorial. Ej: responder ante sonidos.
- Desarrollo afectivo-social. Ej: imitar una acción.
- Desarrollo cognitivo y del lenguaje. Ej: pronunciar correctamente.
A continuación, vamos a analizar qué tipo de trastornos de la motricidad pueden afectar a los niños.
- Trastornos del esquema corporal. Esta es la dificultad para la orientación y utilización del propio cuerpo.
- Asomatognosia. Se trata de la incapacidad de reconocer o nombrar partes del cuerpo.
- Trastornos de lateralidad relacionados con la estructuración espacial.
- Inhibición motriz. Caracterizada por la tensión corporal.
- Sincinesias. Cuando se dan movimientos involuntarios mientras se realizan otras actividades. Por ejemplo, sacar la punta de la lengua mientras se escribe.
- Apraxias. No ser capaz de realizar un movimiento a pesar de conocerlo.
- Disfasias. Pérdida parcial del habla (hablamos de afasia si se da una pérdida total).
Cabe destacar que, aunque el desarrollo psicomotriz no se da siempre igual en todos los niños, a ciertas edades se espera que hayan alcanzado unas habilidades concretas. Por ello, si de algunas de ellas notamos que no se desarrollan o que no lo hacen correctamente, será necesario acudir a un profesional a que valore su caso.
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