Cómo evitar la ansiedad: pautas y recomendaciones
Como en la mayoría de dolencias mentales, la ansiedad puede evitarse acudiendo al centro médico siguiendo los consejos del psicólogo. En manos del paciente está saber gestionar las crisis e intentar no llegar a ellas, pero unas pautas básicas son fundamentales para no caer en la ansiedad:
-
Plántale cara al problema:
La ansiedad puede surgir por problemas verdaderos o por inconvenientes leves que, por diferentes circunstancias, afectan al paciente de una forma más intensa de la que se espera por lógica general.
En cualquiera de los dos casos, es importante afrontar cuál es el problema para intentar darle la importancia justa que merece. Si la situación tiene solución, se debe intentar centrar los esfuerzos en poner fin al problema. Si no hay solución posible, preocuparse no va a servir para nada y, por tanto, deberemos focalizarnos en adaptarnos a la nueva situación.
-
Céntrate en el presente, no en el posible futuro:
Existen momentos en los que el paciente presenta más preocupación por lo que pueda pasar que por lo que realmente pasa. Este es uno de los mayores errores que provocan crisis habituales en las personas que sufren los síntomas de la ansiedad.
El comportamiento correcto sería el de analizar cuál es la situación real, ya que las posibles consecuencias de esta no son tangibles ni reales; no han sucedido y puede que nunca sucedan. Si se observa el problema desde la perspectiva del ahora, será más fácil saber cómo comportarse ante él, antes que lamentarlo innecesariamente.
-
Llenar el tiempo en las cosas que realmente te apasionan:
Deja tus responsabilidades apartadas y céntrate en ti y en lo que te gustaría hacer en este mismo instante. Pasa parte de tu tiempo invirtiéndolo en tu bienestar, ya sea disfrutando de una escapada o regalándote un baño relajante. Es tu momento y tú decides que hacer con él.
Esta fase de equilibrio emocional, ayudará a que se consiga salir de la espiral de negatividad que conduce a la ansiedad, viendo los problemas desde otra perspectiva y desde la calma. Además, ocupar el tiempo en tareas positivas evitará que se le den demasiadas vueltas a situaciones incómodas, ya que estas pasaran, siempre dependiendo de su importancia, a un segundo plano.
Controlar la ansiedad:
Existen pacientes que no pueden evitar sufrir ansiedad pese a que, psicológicamente, se les hayan dado las pautas necesarias para conseguirlo. Aquí entra en juego la consciencia física y entender por qué se está sufriendo ansiedad y cómo se puede ayudar a que el cuerpo no sufra sus consecuencias.
- Consciencia física:
Como hemos dicho, la ansiedad conlleva no solo trastornos mentales, sino que afecta también al cuerpo con dolencias físicas. La falta de respiración y dolor de pecho son las más habituales, y pueden evitarse si se es consciente de lo que está ocurriendo.
Lo primero que debe hacer el paciente es sentarse y centrarse en su respiración prestando atención al más mínimo movimiento que realicen sus músculos. Con calma, se intentará marcar el ritmo respiratorio a voluntad de la persona. Una manera sencilla de hacerlo es inspirar, contar hasta cinco manteniendo la respiración, y expulsar el aire con calma, repitiendo el proceso tantas veces como sea necesario.
En la ansiedad, como en la mayoría de casos relacionados con la psicología, el paciente juega un papel fundamental. Entender la dolencia con ayuda psicológica ayudara en la mayoría de los casos a que los tratamientos médicos concluyan con éxito.