En primer lugar, tenemos que distinguir entre una halitosis transitoria, es decir, esa que es puntual y que puede darse nada más nos desperamos, por ejemplo, o por alimentos fuertes como la celloba o el ajo; y entre la halitosis persistente. Esta última no se soluciona con cepillarse los dientes o el enjuague bucal, sino que requiere un tratamiento específico según el diagnóstico.
Mientras que la halitosis persistente no se puede evitar y, como decíamos, necesita un tratamiento específico, el primer tipo de halitosis sí se puede prevenir. ¡Te contamos cómo!
Consejos para prevenir la halitosis transitoria
- Evitar las comidas con sabores fuertes como el ajo.
- Evitar el café, alcohol y el tabajo.
- Evitar respirar por la boca.
- Evitar comidas ricas en grasas, hiperproteicas o hipocalóricas.
- Beber mucha agua.
Y, por supuesto, cuidar de una buena higiene bucal diaria. Para ello, es necesario cepillarse los dientes tras cada comida, usar hilo dental y no descuidar la higiene de la lengua.
Además, algunos remedios naturales como la ingesta de perejil, anís, té verde (que posee antimicrobianos naturales), ciruelas, kiwis, arándanos, lechuga, espárragos o berenja entre otros podrían ayudar a reducir la halitosis temporalmente.
Odontología en Onda (Castellón)
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