Planifica el menú con tiempo
Eso evitará que compres a última hora cualquier opción insana. Dedica unos minutos a elaborar un menú variado y verás que tu cuerpo lo nota. ¿Cómo? Aplicando los tips que te explicamos a continuación.
Aperitivos
Obvia aperitivos como las papas fritas, los que son a base de hojaldres o masas y apuesta por frutos secos sin sal añadida o aperitivos ricos en proteína como el jamón o el marisco. ¡Mucho mejor!
Primer plato ligero
Incluye en tu menú un plato ligero bajo en calorías para saciar el apetito: un tartar de atún, una sopa de pescado, una ensalada… El objetivo es que los primeros alimentos que formen parte del menú sean lo más saciantes posible pero que no tengan un exceso calórico.
Cuida el tamaño de las raciones
La historia de siempre: cuanto más hay, más se come. Es un día especial y, por lo tanto, no hay nada malo en comer un poco más que de costumbre. Pero, lo cierto es que, en muchas ocasiones, los comensales sentimos la obligación de acabar con lo que hay en la mesa, lo que puede acabar provocando hinchazón y sensación de malestar. Por eso, es mejor reducir un poco las raciones y asegurarnos de que cada uno tiene la cantidad necesaria sin que esta sea desorbitada.
Postres frescos
Apuesta por una macedonia con frutos rojos, por ejemplo, y evita una sobreexceso de turrones, polvorones y mantecados; de los que tanto abusamos en estas fechas. Además, una opción ligera y fresca te ayudará a que la digestión sea mucho más sencilla. ¡Justo lo que necesitas!
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