Cómo cuidar la piel de tu bebé en verano
Que los rayos solares son extremadamente perjudiciales para nuestra piel es un conocimiento que, afortunadamente, cada vez más gente tiene interiorizado.

Que los rayos solares son extremadamente perjudiciales para nuestra piel es un conocimiento que, afortunadamente, cada vez más gente tiene interiorizado.
Acudir a la playa a mediodía y sin protección, cuando los rayos solares inciden más directamente en el cuerpo, es algo que ya no se ve con tanta asiduidad como años pasados.
Aún así, toda protección es poca, sobre todo si hablamos de la piel de los más pequeños, más delicada y poco acostumbrada al sol. Por ello, os dejamos unos consejos sencillos que han puesto en común nuestra dermatóloga junto al pediatra de Onda, para que incluso los bebés puedan pasar una jornada en la playa o la piscina sin poner en riesgo su salud.
Aunque parezca obvio, es indispensable evitar todo lo posible que los rayos del sol incidan directamente en el niño. Cumplir este paso al 100% es difícil cuando los pequeños entran al agua o juegan en el césped o la arena, pero puede conseguirse que, siempre que se encuentren en la toalla, estén bajo una sombrilla o toldo que les aporte sombra.
La cabeza, nuca y nariz son las partes del cuerpo que antes se queman, especialmente en los bebes debido a la falta de cabello que proteja del calor. Por ello, algo que no deben faltar durante la jornada de playa o piscina, es un gorro. En cualquiera de sus versiones, este complemento será indispensable incluso cuando el pequeño se encuentre dentro del agua.
Aunque a los bebés de menos de 6 meses no se les puede aplicar protección solar (por lo que debe evitarse acudir con ellos a la playa), a partir de esta edad ya deben usar crema de alta protección. Como recomendación, un SPF de 50+ sería lo ideal, especialmente en las zonas donde más inciden los rayos solares: cabeza, hombros, muslo superior y empeine.
El factor de protección deberá aplicarse 30min antes de exponerse a las radiaciones solares, y deberá reaplicarse cada 45 min o todas y cada una de las veces que el pequeño salga del agua.
Cada vez más, las marcas de ropa deportiva emplean técnicas innovadoras para crear prendas que cuenten con filtros solares potentes, los cuales evitan las quemaduras. Aunque este tipo de ropa aún no es muy común en esta zona, los países del norte lo usan y todo hace pensar que acabarán instaurándose en nuestro mercado.
Cierto es que la crema solar es mucho más cómoda que bañarse con ropa, pero ante días de altas temperaturas o cuando el niño va a estar expuesto al sol un largo periodo de tiempo, no está de más contar con ellas. Y es que, como siempre decimos en Policlínica Prades, más vale prevenir que curar.
Otro de los complementos indispensables a la hora de ir con niños a la playa o la piscina, es contar con gafas de sol. Estas se encargarán de que las retinas, mucho más delicadas en los primeros meses de vida, no sufran quemaduras.
Para que resulten más cómodas, las gafas pueden llevar cordones que hagan que los niños puedan moverse con mayor libertad sin perderlas por el camino. Algo que, sin duda, agradecerán tanto ellos como los padres.
Aunque los AfterSun para adultos pueden llegar a ser excesivamente fuertes para los niños y puedan irritar su piel, existen cremas hidratantes suaves especiales para pieles delicadas. Estas contienen aceite de almendras y glicerina, elementos aptos para la piel del bebé que conseguirán que se recupere la hidratación y se sienta un agradable frescor.
Estos 6 consejos de nuestros especialistas en pediatría y dermatología en Onda, son los básicos e inalterables a la hora de proteger la piel del bebé en verano. No saltarse ninguna de ellas será indispensable para evitar quemaduras e irritaciones. Recuerda, la piel de los más pequeños es mucho más delicada que la piel adulta y, por tanto, el cuidado y protección debe ser mayor. Ante cualquier problema de este tipo, en la clínica de Onda contamos con los mejores especialistas. No dudes en contactar con nosotros para concertar una cita.